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jueves, 29 de octubre de 2020

 ASÍ ERA LA BIBLIOTECA PORTÁTIL DE NAPOLEÓN...

Todos los biógrafos de Napoleón Bonaparte coinciden en que fue un gran amante de los libros, lo que lo hacía llevarlos consigo en grandes cantidades cuando estaba de viaje, pero para hacer más ligero su transporte, diseñó una biblioteca portátil para mil ejemplares que equivale a un kindle de 1803.

Con su gran ingenio y con dinero, solía llevar consigo los libros que necesitaba en varias cajas que contenían unos 60 volúmenes cada una. En un primer momento las cajas estaban hechas de caoba, con diferentes estantes forrados de cuero verde o terciopelo, pero como no eran lo suficientemente fuertes como para soportar los golpes de los viajes, se empezaron a fabricar cajones de roble recubiertos de cuero.

Al principio, Napoleón dispuso un catálogo con un número correspondiente a cada volumen, de modo que no hubiera problemas para seleccionar los libros que quería, pero sucedía que muchos de los libros que quería consultar no estaban incluidos en la colección por razones de espacio.

En el Sacramento Daily Unión del 6 de junio de 1886, el hijo del librero personal de Napoleón dejó valiosa información sobre la relación del militar con los libros. “Durante mucho tiempo  solía llevar los libros que necesitaba en cajas, de unos sesenta volúmenes cada una”, expresó.

Según cuenta, apilaban los libros sobre estantes, que al principio estaban construidos de caoba, pero al ser un material no tan fuerte, Barbier, el librero de Napoleón, optó por elaborarlos con roble. Los estantes estaban recubiertos en su interior con cuero verde Barbier era el librero de Napoleón o terciopelo, y los libros estaban encuadernados en Marruecos.

Por otra parte, existía un catálogo por cada caja, con un número correspondiente a cada volumen para encontrar el libro deseado con facilidad. Esas cajas se colocaban en su estudio, junto a sus cartas y mapas, al llegar a un cuartel general durante una campaña.

En 1808, mientras Napoleón se encontraba en Bayona, le envió a Barbier instrucciones para aumentar el volumen de su biblioteca.“El Emperador desea que usted forme una biblioteca itinerante de 1000 volúmenes en formato doceavo e impresos con una bella tipografía. Su Majestad tiene la intención de imprimir estos trabajos para uso especial, y para economizar espacio no habrá márgenes en ellos. Deben contener de 500 a 600 páginas, y deben estar encuadernadas con cubiertas lo más flexibles y elásticas posibles. Debe haber 40 obras sobre religión, 40 obras dramáticas, 40 volúmenes de poemas épicos y 60 de otra poesía, 100 novelas y 60 volúmenes de historia, siendo el resto las memorias históricas de cada periodo”.

Los expertos aseguran que la pasión de Napoleón por la lectura era incontrolable y que leía tres libros al día, de cualquier índole. Incluso dicen que leía mientras cabalgaba y que su condición de ambidiestro le permitía, al mismo tiempo, garabatear sus pensamientos al respecto en los márgenes de los libros.


Los autores favoritos de Napoleón  eran: Maquiavelo, Virgilio,Voltaire, Homero, César, Corneille, Pascal, Goldoni y Madame de Staël. Además, leía autores ingleses como James Macpherson y entre sus obras preferidas para leer antes de dormir era ‘Las leyendas de Ossian’.